¿Se imagina que todos pensásemos igual? Nosotros, en Peugeot, no y por eso nuestros equipos de ingeniería y diseño desarrollaron el i-Cockpit, un puesto de conducción sutilmente diferente y, a la vez, revolucionario.
Manejo, seguridad y confort
Tres fueron las premisas a la hora de diseñar el i-Cockpit: mejorar la manejabilidad, aumentar la seguridad e incrementar el confort del conductor. Y tres los elementos que forman parte de él: el cuadro de instrumentos, el volante y una pantalla. ¿No parece que haya nada que distinga el i-Cockpit de un puesto de conducción convencional, verdad? Lo importante no está en esos elementos, sino en cómo se ubican y qué tamaño tienen.
El volante, ovalado, más pequeño
El volante, el instrumento principal de interacción entre el conductor y el vehículo, es más pequeño y no es redondo. Sí, suena extraño, pero gracias a esa forma facilitamos el acceso y salida del conductor dejando más espacio para sus piernas y, simultáneamente, reducimos el obstáculo que supone cuando hay que mirar la información del cuadro de instrumentos. Que sea más pequeño que un volante normal no conlleva ningún problema: hoy en día, con los sistemas de asistencia que permiten mover la dirección sin esfuerzo, ya no es necesario un aro de gran diámetro para aplicar más fuerza y poder girar las ruedas.
Cuadro de instrumentos visibles
Además de reducir el impacto del volante en el campo visual, hemos colocado el cuadro de instrumentos más arriba de lo habitual. Esta solución, combinada con la geometría del volante, hace que en nuestros modelos con i-Cockpit haya pasado a la historia tener que mirar la instrumentación por dentro del aro del volante y que éste oculte parte de la información. Toda la información queda a la vista del conductor, sin zonas ciegas.
La seguridad es lo primero
Colocar el cuadro de instrumentos en una posición más elevada tiene otra ventaja importantísima: la seguridad. Consultar la información del cuadro de instrumentos en un coche requiere desviar la vista de la carretera entre medio segundo y un segundo. Durante ese tiempo, cuando se circula a 120 km/h, el coche recorre entre 16 y 33 metros. Reduciendo el tiempo que el ojo cambia de dirección y de foco, disminuimos el tiempo durante el que no se puede atender a lo que ocurre en la calzada.
Una conducción más cómoda
Por último, y no menos importante, la colocación del volante en una posición un poco más baja permite que los brazos adopten una postura más confortable. La ubicación de la pantalla multimedia en la parte alta del salpicadero también contribuye a incrementar el confort: queda al alcance de la mano y en una zona que evita desviar mucho la vista.
Nuestros modelos más recientes —208, 2008 y 308— ya cuentan con el i-Cockpit. Le invitamos a que los pruebe. Estamos seguros de que le convencerán.
